Hace unos días tuve la suerte de participar en un congreso en Polonia. Allí conocí a dos personas de Grecia y la verdad creo que ha sido uno de esos momentos mágicos que pasan casi todos los días y que a mí sencillamente me gusta celebrar. Son dos personas de cultura, personas de interculturalidad, personas de espiritualidad, personas de tierra y cultivos. Personas con un conocimiento tan basto que me dí cuenta de nuevo de todo lo que aún me falta por saber y como en muchos casos no he tomado mi responsabilidad de profundizar en otros temas aparte de mi ciencia (incluso aquí, creo que me falta bastante rigor, es el momento de poner la atención aquí, rigor y capacidad de nadar profundamente en el conocimiento).
Gracias a cosas que he aprendido en los últimos años con maestros en Ávila, creo que puedo decir que lo especial de este encuentro fué el contacto. El contacto sin miedo de principio a fín y eso permitió que nos conociéramos de verdad en el instante, en el momento.
Ahora... ahora todo apunta a un momento de crear juntos, de pasar juntos hablando de cultura, de tradiciones, de comida como parte de la comunidad y de la identidad de las personas y con teatro, celebración y arte en un lugar sagrado, una sinagoga. Este es mi día, esto es lo que me está pasando hoy y no puedo mas que agradecer A LA VIDA LO QUE ME TRAE ... cantar como Mercedes Sosa, ¿no?
Un saludo de tierra y aire
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