Uno de los primeros días que estuvimos trabajando en el huerto, Chris me animó a echar un vistazo al riachuelo que traía el agua hasta el huerto. Era la primera vez que me interesaba por mirar de donde viene el agua y como se gestiona en un pueblo para que puedan aprovecharla todos los vecinos. Estuvimos paseando un buen rato y a medida que nos adentrabamos en el riachuelo, el paisaje era aún mas alucinante. Al final, encontramos una especie de pequeña catarata. La sorpresa no fué encontrar el origen del agua que daba de beber a todos los huertos de la zona, la sorpresa fué el hielo que aún ocupaba casi todo el río.
Precioso, ¿no os parece?
Un saludo de tierra y aire.
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