He tenido que releer casi todo el blog porque no me acordaba de todo lo que había estado haciendo desde Inglaterra mientras suspiraba por volver a España e involucrarme en todo este CAMBIO.
Y os conté mucho de mi huerto. Desde aquellas, ya tenemos otro huerto que el año pasado nos dió la cosecha de calabazas mas inmensa que he visto nunca. Y la receta de las recetas que me dió Charo, nuestra amiga del alma de nuestro nuevo pueblo. Santolaya de Cabranes en Asturias. Con una calabaza redonda de tamaño suficiente para que quepa entera en el horno, se corta la parte de arriba como una tapa que luego se usará exactamente para eso, se vacía de pulpa y semillas (guardad las semillas para cultivar de nuevo en febrero). A continuación, se llena con marisquito rico que cuando vives cerca de la costa, es algo que se puede asumir y con la pulpa en pedacitos. Un poco de tomate y cebolla y al horno durante unas tres horas. Os encantará. Ya lo veréis.
Pero lo que os quería contar no es sobre este huerto. Es sobre el huerto de Susana y Paloma, nuestras amigas que se quedaron con el huerto que Chris y yo empezamos en Piedrahita. Pués hace dos findes, estuve de nuevo en Piedra y me encontré con Susana en el mercadillo anual y... aparte de contarnos toda nuestra vida, me dijo que venía del huerto de quitar cenizos. Y esta vez... Paloma no había podido ir, pero ella ya va con Susi, su preciosa hija mas que adolescente que traía la misma cara de felicidad que su mami. Estos huertos...
No contentos con eso, Jose Antonio, otro amigo profundo de por allí, nos pilló por banda para contarnos que desde aquella, habían proliferado unos cuatro huertos mas y que estaban disfrutando verdaderamente de producir sus propias verduras. Y... ¡qué a gusto me siento en un mundo lleno de huertos!
Un saludo de tierra y aire.
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